¿Qué es la tiroides?
La tiroides es una glándula endocrina de nuestro cuerpo encargada de producir las hormonas tiroideas. La tiroides tiene forma de mariposa y se ubica en la parte inferior del cuello [1].
Las hormonas tiroideas son esenciales en la gestación ya que permiten el crecimiento y diferenciación de los órganos del feto como el sistema nervioso central, el pulmón, el músculo esquelético entre otros. Las hormonas tiroideas además regulan el metabolismo de todas las células del organismo determinando su actividad [3,4]. Las células de nuestro cuerpo, en general, dependen de las hormonas tiroideas para su crecimiento normal y para la regulación de funciones como por ejemplo la producción de energía y calor [5].
La función principal de la tiroides es la producción y liberación de las hormonas tiroideas a la sangre [2]. Las hormonas tiroideas son principalmente dos: tiroxina (T4) y 3,3’,5-triyodotironina (T3) [3]. Las hormonas tiroideas, son las únicas moléculas del organismo que poseen yodo en su estructura. La diferencia entre ambas es que T4 tiene 4 átomos de yodo en su estructura mientras que T3 presenta 3 átomos de yodo [3]. Para producir las hormonas tiroideas, las células de la glándula tiroides captan el yodo a partir de la dieta, éste es transportado e incorporado a moléculas específicas, dando origen a las hormonas tiroideas [3]. La glándula tiroides produce muy poca T3 y mucho más T4. La razón es que cada célula del organismo transforma según su necesidad T4 en T3, porque es la T3 la que cumple con las funciones y la T4 es la hormona de reserva. La regulación de la producción de estas hormonas es un proceso delicado en donde participan T3 y T4 y adicionalmente una tercera hormona llamada hormona estimulante de la tiroides (TSH) la cual es producida por la hipófisis [4]. Cuando los niveles de T4 o T3 se encuentran disminuidos, esta situación es detectada por la hipófisis, glándula que se encuentra en la base del cerebro y que en respuesta producirá TSH. TSH por su parte estimula a la tiroides a producir más hormonas tiroideas [4]. Al alcanzar los niveles normales de hormonas tiroideas en la sangre, éstas dejan de estimular a la hipófisis para que produzca TSH. En consecuencia, la tiroides detiene la producción de las hormonas tiroideas [4]
Actualmente, se describen diversas patologías que se asocian con el funcionamiento inapropiado de la glándula tiroides, lo que en consecuencia puede disminuir o aumentar la producción de hormonas y que da lugar al desarrollo de diversas enfermedades.
El hipotiroidismo, se caracteriza por una disminución de los niveles sanguíneos de T4 y T3 asociado a un aumento de los niveles de TSH. Esta es una enfermedad muy común a nivel mundial, especialmente en las mujeres, y nuestro país no es la excepción [7]. El hipotiroidismo presenta varios síntomas como piel reseca, aumento de peso, uñas quebradizas, caída del cabello, cansancio, sueño, frío, depresión entre otros síntomas por lo que generalmente es confundido con otras patologías previo al diagnóstico definitivo. El diagnóstico del hipotiroidismo se realiza mediante un examen de sangre donde se miden los niveles de T4, T3 y TSH [8]. Si se ha diagnosticado hipotiroidismo el paciente será tratado con T4 [9].
La hipotiroxinemia, es un cuadro que se asocia también a la deficiencia de hormonas tiroideas, pero en este caso particular, solo la T4 se encuentra disminuida mientras que los niveles sanguíneos de T3 y de TSH se encuentran normales [10]. Esta, es una enfermedad asintomática por lo que pasa inadvertida por el paciente, pero que bien podría ser la antesala al desarrollo de un cuadro más complejo como el hipotiroidismo. La hipotiroxinemia cobra mayor relevancia cuando se desarrolla en mujeres que se encuentran en las primeras etapas del embarazo. En esta etapa el hijo depende principalmente de la T4 materna, que cumple un rol fundamental en el desarrollo de las estructuras que componen al sistema nervioso del feto [11]. Se ha visto que la falta de T4 materna durante el primer trimestre de gestación, genera en el hijo y posterior adulto patologías como el déficit atencional, autismo, esquizofrenia [12-14]. Además, estudios usando modelos animales mostraron que los hijos son más susceptibles a sufrir enfermedades autoinmunes más severas [15].
Al igual que el hipotiroidismo, la hipotiroxinemia se diagnostica con y se trata con la hormona T4 [10].