El consumo de algas pardas como Durvillaea Antarctica (nombre común, cochayuyo) son una fuente de fibra dietética (hidratos de carbono), fucoidanos (nombre simple), carotenoides (nombre simple) y ácidos grasos.

Estas algas contienen diversos nutrientes, entre los que se destaca su cantidad de proteínas (entre un 7 y un 12% de su peso?) y su importante cantidad de aminoácidos esenciales, es decir, que sólo se pueden obtener de la dieta. Además, contiene entre 4 y 8% de lípidos (grasa), donde se encuentran los ácidos grasos insaturados de cadena larga, como el ácido eicosapentaenoico (EPA) y ácido docosahexaenoico (DHA). También posee esteroles (un tipo específico de grasa) y algunos pigmentos, como por ejemplo la fucoxantina, que posee diversas propiedades como antiinflamatorias, antidiabetes y anticancerígenas.

Las algas además son fuentes de vitaminas B, C y E, como también de minerales. Junto con lo anterior, las algas destacan por ser fuentes importantes de hidratos de carbono, entre los que se incluyen laminaranos (fibra soluble), carragenanos, alginatos y fucoidanos. En relación a estos últimos, se encuentran principalmente en las algas pardas, como el cochayuyo, y se ha encontrado que tienen actividad anti-metástasis en cáncer de hígado, pulmón, mama, próstata, colon y páncreas. Asimismo, se ha visto que poseen un efecto potenciador con fármacos utilizados en quimioterapia, como Letrozole o Tamoxifeno, lo que disminuye los efectos secundarios indeseados en pacientes que consumen cápsulas con fucoidanos.