Gut-microbiota-targeted diets modulate human immune status

*Por Sofía Campos

A lo largo de todo el cuerpo tenemos microorganismos que viven con nosotros, ya sea dentro de nuestro intestino como en la piel, la cual llamamos microbiota. Esta comunidad de microorganismos está compuesta de diferentes tipos de microorganismos que al habitar nuestro cuerpo pueden vivir protegidos y también entregarnos beneficios.

La microbiota intestinal tiene diversas funciones en nuestro organismo, desde la degradación de alimentos hasta el balance de la actividad del sistema inmune. Incluso, se ha estudiado la relación entre la microbiota y las enfermedades más comunes hoy en día como la diabetes, el cáncer y las enfermedades cardiovasculares. Por lo que tener una gran diversidad de microorganismos permite extraer todos los beneficios que nos puede entregar la microbiota. Pero ¿qué podemos hacer para aumentar la diversidad de microorganismos en nuestro intestino?

Actualmente, se conoce que existe una relación entre los alimentos que consumimos y la composición de la microbiota, por lo que diferentes combinaciones de alimentos pueden modificar los tipos de bacterias presentes en el intestino y su efecto en el cuerpo. Por lo general, se mencionan los probióticos y prebióticos como alimentos con importantes efectos en los microorganismos del intestino.

Los probióticos son alimentos fermentados que poseen microorganismos, los más comunes son el yogurt y el chucrut. Mientras que los prebióticos son parte de alimentos ricos en fibra como verduras y frutas. Estos poseen carbohidratos no digeridos por el cuerpo, aunque son el alimento para las bacterias del intestino desde los cuales se liberan productos beneficiosos para el ser humano. Entonces es sumamente importante conocer los alimentos que favorecen a la microbiota para poder diversificarla.

En un reciente artículo publicado en la revista Cell se estudió el efecto de una dieta alta en alimentos fermentados y una dieta alta en fibra. Los investigadores realizaron un estudio en 36 personas sanas, donde la mitad consumió una dieta alta en fibra y la otra una dieta alta en alimentos probióticos. El estudio se dividió en cuatro etapas, primero se estudió la microbiota basal de cada participante sin modificación de la dieta, posteriormente se incorporaron de forma gradual más porciones de alimentos relacionados a cada dieta hasta llegar a un estado de mantención del consumo por 6 semanas. Finalmente, en las últimas cuatro semanas cada persona era libre de decidir qué comer.

Para evaluar el impacto de las dietas en la composición de la microbiota se midió la diversidad de bacterias habitando el intestino, donde encontraron mayor diversidad en las personas que consumieron alimentos fermentados o probióticos. A diferencia, las personas que consumieron una dieta rica en fibra mantuvieron la diversidad de su composición de microorganismos.

Esto nos indica que al incluir alimentos como el yogurt y el chucrut en nuestra dieta, podemos aumentar las diferentes clases de bacterias en el intestino, permitiendo utilizar más alimentos y obtener más beneficios de ellas. En el grupo de una dieta alta en fibra, se observó que parte de la fibra consumida no había sido degradada por las bacterias del intestino, lo cual se podría explicar por la ausencia de los microorganismos capaces de consumir esta fibra. De esta manera, se puede pensar que al incorporar alimentos fermentados y altos en fibra podríamos aumentar la diversidad de bacterias y estas a su vez pueden ser mantenidas por la fibra encontrada en los vegetales.

Además, se midieron algunos parámetros del sistema inmune en cada uno de estos grupos. En todos los participantes del grupo de alimentos probióticos se observó una disminución en los niveles de inflamación. Por su parte, en la dieta alta en fibra se encontraron grupos de personas con mayor inflamación y otros con menor inflamación. Los autores lo asocian a la diversidad de bacterias encontrada antes del estudio y este resultado puede indicar que aquellos con menor diversidad de microorganismos previo al inicio del estudio, presentaron mayor señal de inflamación. Asimismo, un aumento en el consumo de fibra no produce un cambio significativo en la diversidad de microorganismos en personas que iniciaron el estudio con una baja diversidad.

Considerando los hallazgos de este artículo, podemos recalcar la importancia de llevar una alimentación variada y equilibrada, como también la incorporación de alimentos fermentados para obtener más tipos de microorganismos en el intestino, junto con un consumo de alimentos altos en fibra que puedan entregarles las condiciones necesarias para que estos prosperen en nuestro cuerpo, y así obtener el mayor provecho de nuestros pequeños habitantes.

Referencia: Wastyk, H. C., Fragiadakis, G. K., Perelman, D., Dahan, D., Merrill, B. D., Yu, F. B., Topf, M., Gonzalez, C. G., Van Treuren, W., Han, S., Robinson, J. L., Elias, J. E., Sonnenburg, E. D., Gardner, C. D., & Sonnenburg, J. L. (2021). Gut-microbiota-targeted diets modulate human immune status. Cell, 184(16), 4137–4153.e14. https://doi.org/10.1016/j.cell.2021.06.019