Alimentos procesados: Alteraciones a la microbiota intestinal que afectan la salud

*Por Sofía Campos

La dieta del humano ha cambiado rotundamente en los últimos siglos gracias a la industrialización. Nuevos métodos de producción de alimentos han disminuido el costo de los productos, agilizado su proceso de elaboración y aumentado la accesibilidad a una gran variedad de alimentos. Sin embargo, esto también ha tenido consecuencias en el valor nutricional de los productos, ya que estos alimentos se caracterizan por tener altas cantidades de sal, azúcares y grasa. Del mismo modo, estos productos poseen bajas cantidades de fibra dietética y proteína y contienen saborizantes artificiales, preservantes y otros aditivos, también característicos de los alimentos procesados.

A su vez, mientras la dieta de diferentes poblaciones comenzó a transicionar hacia una dieta más industrializada, también aumentaron los casos de enfermedades crónicas inflamatorias. Dentro de estas se encuentran los síndromes metabólicos, enfermedades inflamatorias intestinales, cáncer y enfermedades cardiovasculares. Esta asociación tiene múltiples argumentos relacionados a la baja calidad nutricional de los alimentos, como también a las interacciones que tienen los aditivos en el cuerpo.

La microbiota intestinal es uno de los principales factores que se han relacionado al efecto de los alimentos procesados en salud y la relación que tiene con la incidencia de enfermedades crónicas. Especialmente, dado que la dieta es un elemento importante en la microbiota intestinal y su composición. Por lo que se ha comprobado que una dieta alta en alimentos procesados altera la comunidad microbiana en el intestino. En particular, se ha visto que la dieta industrializada disminuye el número y diversidad de bacterias comensales de la microbiota intestinal, las que normalmente producen metabolitos beneficiosos a la salud como los ácidos grasos de cadena corta. Por otra parte, estos alimentos procesados permiten el incremento de otros grupos de bacterias, e incluso, patógenas. Estas bacterias no son comensales y se han asociado a un intestino con funcionamiento alterado. Esto puede tener efectos negativos en la digestión y absorción de los alimentos, como también producir inflamación e hinchazón al alterar el correcto funcionamiento del intestino.

Es importante destacar el rol de la microbiota intestinal en el correcto funcionamiento del cuerpo, desde la digestión de los alimentos, producción de vitaminas hasta el control de la saciedad y la salud mental. De manera que, cualquier alteración significativa a la microbiota puede tener un efecto en el bienestar de la persona. Otro factor relevante que considerar son los metabolitos producidos por los microorganismos en el intestino. Los metabolitos son moléculas liberadas al medio, que pueden interactuar con otros microorganismos, células del cuerpo o, incluso, modificar las cualidades del intestino. Por esto, se habla del microbioma intestinal, que considera hongos, virus, bacterias y los metabolitos que cada uno de ellos produce.

Por todo lo mencionado, cualquier alteración de la comunidad microbiana intestinal puede tener efectos relevantes en diferentes sistemas del cuerpo y sus síntomas muchas veces pueden pasar inadvertidos o ser normalizados. Por esto, es importante ser consciente del cuerpo y los síntomas que se pueden presentar si algo no está funcionando bien. Síntomas como la hinchazón, inflamación, diarrea, vómitos y migrañas pueden ser señal de enfermedades relacionadas al mal funcionamiento de la microbiota intestinal. Siempre es recomendable ir al médico en caso de tener estos síntomas, especialmente si estos se prolongan por días, semanas o meses.

En cualquier caso, la principal recomendación para mantener una microbiota saludable es consumir una dieta balanceada. El consumo de alimentos naturales como vegetales, legumbres y frutas es importante, ya que poseen fibra vegetal que “alimentan” a los microorganismos en el intestino, en un proceso conocido como fermentación bacteriana. Para el consumo de carnes y productos animales, es recomendable evitar el consumo de carnes procesadas o marinadas, optando siempre por fuentes animales lo más naturales y frescas posible. Por otra parte, los alimentos fermentados, como el chucrut, kombucha, yogurt, entre otros, poseen microorganismos probióticos que ayudan a diversificar la microbiota intestinal, como también a conservar el ambiente para que las bacterias comensales puedan multiplicarse.

Revisa en la sección de Alimentos Antimicrobianos/Berries la receta de Cheesecake de Frutos Rojos, para que reemplaces un producto ultraprocesado por una versión mucho más saludable!

Referencias

Sonnenburg, J. L., & Sonnenburg, E. D. (2019). Vulnerability of the industrialized microbiota. Science, 366(6464), eaaw9255.

Srour, B., Kordahi, M. C., Bonazzi, E., Deschasaux-Tanguy, M., Touvier, M., & Chassaing, B. (2022). Ultra-processed foods and human health: from epidemiological evidence to mechanistic insights. The lancet Gastroenterology & hepatology, 7(12), 1128-1140.

Wastyk, H. C., Fragiadakis, G. K., Perelman, D., Dahan, D., Merrill, B. D., Yu, F. B., Topf, M., Gonzalez, C. G., Van Treuren, W., Han, S., Robinson, J. L., Elias, J. E., Sonnenburg, E. D., Gardner, C. D., & Sonnenburg, J. L. (2021). Gut-microbiota-targeted diets modulate human immune status. Cell, 184(16), 4137–4153.e14. https://doi.org/10.1016/j.cell.2021.06.019

Wastyk, H. C., Perelman, D., Topf, M., Fragiadakis, G. K., Robinson, J. L., Sonnenburg, J. L., Gardner, C. D., & Sonnenburg, E. D. (2023). Randomized controlled trial demonstrates response to a probiotic intervention for metabolic syndrome that may correspond to diet. Gut microbes, 15(1), 2178794. https://doi.org/10.1080/19490976.2023.2178794

Zmora, N., Suez, J., & Elinav, E. (2019). You are what you eat: diet, health and the gut microbiota. Nature reviews Gastroenterology & hepatology, 16(1), 35-56.